¡Qué tristeza para el pobre perro con la cara hinchada, abandonado cuando ya no es útil para aprovecharse de él! Es una imagen desgarradora que refleja la crueldad y la falta de compasión en nuestra sociedad.
Los animales merecen ser tratados con respeto y dignidad en todas las circunstancias, no solo cuando son convenientes para nosotros. Esta situación nos recuerda la importancia de ser compasivos y responsables con los seres vivos que comparten nuestro mundo.
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