Había muchos insectos en sus pies, cientos de miles de hormigas la devoraban. No podía levantarse y caminar, ɡemía de angustia. A pesar de estar en la acera, nadie reconocía su existencia.
“No podíamos entender por qué los humanos eran tan fríos con un perro tan triste. Rápidamente aparté las hormigas de Phoenix y le di un poco de comida, pero ni siquiera probó un bocado. Coloqué a Phoenix en el coche y me dirigí directamente al һoѕріtаɩ”, dijo el rescatista.
Los médicos la examinaron rápidamente y advirtieron que podía tener una fractura pélvica y malignidad. Sufría de temperaturas extremadamente bajas, desnutrición aguda y anemia. Phoenix se sometió a 2 pruebas y afortunadamente todos los resultados fueron negativos.
En primer lugar, los médicos emplearon medicamentos para controlar la temperatura corporal junto con infusión de suero. Finalmente recurrieron al enfoque permanente de emplear mantas y calefacción. Sin embargo, parecía que Phoenix tenía un daño nervioso que la dejaba incapaz de regular su comportamiento y convulsionaba con frecuencia.
Después de 2 meses en el һoѕріtаɩ, esta fue la primera vez que la enfermera pudo bañarla. Todo el equipo de médicos estaba tratando de mantener a Phoenix durante este difícil período.
“Estábamos muy contentos con Phoenix ya que estaba progresando muy bien y no tenía intención de renunciar a la vida”.
Tres meses después de ser rescatada, veamos cómo ha evolucionado Phoenix. Estaba perfectamente sana, regordeta y hermosa. En particular, está teniendo una vida maravillosa que muchos otros perros han soñado.