Se descubrió a un pequeño perro encadenado y abandonado en una región desolada donde nadie transita. Aún se desconoce quién hizo esto al desafortunado perro.
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El hombre lo llevó a casa, lo limpió y le dio un poco de leche.
El perro bebió la leche como si hubiera estado muerto de hambre durante mucho tiempo. Fue divertido verlo beber leche.
Luego fue llevado al veterinario y tratado. Posteriormente fue llevado al cuidado animal, donde lo cuidaron bien.
Ahora vive feliz y sin miedo en un refugio de animales.